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22.1 Introducción

· Aquaponics Food Production Systems

La acuapónica no es sólo una tecnología de producción de alimentos con visión de futuro, sino que también promueve la alfabetización científica y proporciona una muy buena herramienta para la enseñanza de las ciencias naturales (ciencias de la vida y las ciencias físicas) en todos los niveles de la educación, desde la escuela primaria (Hofstetter 2007, 2008; Bamert y Albin 2005; Bollmann- Zuberbuehler et al. 2010; Junge et al. 2014) a la formación profesional (Baumann 2014; Peroci 2016) y a nivel universitario (Graber et al. 2014).

Un sistema de modelo de aula acuapónico proporciona múltiples formas de enriquecer las clases de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). El enfoque «práctico» también permite el aprendizaje experiencial, que es el proceso de aprendizaje a través de la experiencia física, y más precisamente el proceso de «creación de significados» de la experiencia directa de un individuo (Kolb 1984). Por lo tanto, la acuapónica puede convertirse en una manera agradable y efectiva para que los estudiantes estudien contenido STEM. También se puede utilizar para la enseñanza de temas como negocios y economía, abordando temas como el desarrollo sostenible, la ciencia ambiental, la agricultura, los sistemas alimentarios y la salud (Hart et al. 2013).

Una acuapónica básica se puede construir fácilmente y de forma económica. La World Wide Web es un repositorio de muchos ejemplos de videos e instrucciones sobre cómo construir acuapónica a partir de una variedad de componentes, lo que resulta en una gama de diferentes tamaños y configuraciones. Investigaciones recientes de uno de estos prototipos de microaquapónica demostraron que, a pesar de ser pequeño, puede imitar una unidad a gran escala y es una herramienta de enseñanza eficaz con un impacto ambiental relativamente bajo (Maucieri et al. 2018). Sin embargo, la implementación de la acuapónica en las aulas no está exenta de desafíos. Hart et al. (2013) informan que las dificultades técnicas, la falta de experiencia y conocimientos, y el mantenimiento durante los períodos de vacaciones pueden plantear importantes barreras para que los maestros utilicen la acuapónica en la educación, y que el desinterés por parte del maestro también puede ser un factor crucial (Graham et al. 2005; Hart et al. 2014). Clayborn et al. (2017), por otro lado, demostraron que muchos educadores están dispuestos a incorporar la acuapónica en el aula, particularmente cuando se proporciona un incentivo adicional, como la experiencia práctica.

Wardlow et al. (2002) investigaron las percepciones de los profesores sobre la unidad acuapónica como un sistema de aula y también ilustraron una unidad prototipo que se puede construir fácilmente. Todos los profesores estuvieron firmemente de acuerdo en que traer una unidad de acuapónica al aula es inspirador para los estudiantes y condujo a una mayor interacción entre estudiantes y profesores, contribuyendo así a un diálogo sobre la ciencia. Por otro lado, no está claro exactamente cómo los profesores y estudiantes hicieron uso de la acuapónica y los materiales didácticos ofrecidos. Por lo tanto, todavía falta la información necesaria para evaluar el impacto de las clases de acuapónica en el cumplimiento de los objetivos de los planes de estudio de los estudiantes. En una encuesta sobre el uso de la acuapónica en la educación en los Estados Unidos (Genello et al.

2015), los encuestados indicaron que la acuapónica se usaba a menudo para enseñar asignaturas, que se centran más exclusivamente en temas de STEM. La educación acuapónica en las escuelas primarias y secundarias está centrada en la ciencia, orientada a proyectos y está orientada principalmente a los estudiantes mayores, mientras que la acuapónica universitaria y universitaria era generalmente más grande y menos integrada en el plan de estudios. Las asignaturas interdisciplinarias como los sistemas alimentarios y las ciencias ambientales se enseñan utilizando acuapónica con más frecuencia en colegios y universidades que en escuelas, donde el enfoque se centraba más a menudo en asignaturas individuales como la química o la biología. Curiosamente, sólo unas pocas escuelas profesionales y técnicas utilizaban la acuapónica para enseñar materias distintas de la acuapónica. Esto indica que para estos educadores, la acuapónica es una asignatura independiente y no un vehículo para abordar temas de STEM o sistemas alimentarios (Genello et al. 2015).

Aunque los estudios mencionados anteriormente informaron que la acuapónica tenía el potencial de fomentar el uso de la experimentación y el aprendizaje práctico, no evaluaron el impacto de la acuapónica en los resultados del aprendizaje. Junge et al. (2014) evaluaron la acuapónica como una herramienta para promover el pensamiento de sistemas en el aula. Los autores reportaron que los estudiantes de 13 a 14 años de edad (séptimo grado en Suiza) mostraron un aumento estadísticamente significativo de la pre-prueba al post-test para todos los índices medidos para evaluar sus capacidades de pensamiento de sistemas. Sin embargo, dado que los alumnos no tenían ningún conocimiento previo del pensamiento de sistemas, y dado que no había grupo control, los autores concluyeron que se necesitaban pruebas complementarias para evaluar si la acuapónica tiene beneficios adicionales en comparación con otras herramientas de enseñanza. Este problema fue abordado en el estudio de Schneller et al. (2015), quienes encontraron avances significativos en las puntuaciones de conocimiento ambiental en estudiantes de 10 a 11 años en comparación con un grupo control de 17 años. Además, cuando se les preguntó por sus preferencias de enseñanza, la mayoría de los estudiantes indicaron que preferían la pedagogía experiencial práctica como la acuapónica o la hidroponía. La mayoría de los estudiantes también discutieron el currículo con sus familias, explicando cómo funcionan hidropónica y acuapónica. Esta observación amplía la creencia de que el aprendizaje práctico utilizando acuapónica (e hidroponía) no solo tiene un impacto estimulante en profesores y estudiantes, sino que también conduce al aprendizaje intergeneracional.

El objetivo de este capítulo es proporcionar una visión general de las posibles estrategias para la implementación de la acuapónica en los planes de estudio de diferentes niveles de educación, ilustrada por estudios de casos de diferentes países. A partir de las evaluaciones realizadas con algunos de estos estudios de caso, intentamos responder a la pregunta de si la acuapónica cumple su promesa como herramienta educativa.

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