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Aqu @teach: Introducción a la tecnología acuapónica

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Hoy, como resultado del rápido crecimiento de la población, el aumento de las necesidades alimentarias y la urbanización, la cantidad de tierras agrícolas está disminuyendo rápidamente y nuestros océanos están sobreexplotados. Para satisfacer las futuras demandas de alimentos, es necesario contar con tecnologías innovadoras, que ahorran espacio y de producción de alimentos ecológicos. La acuapónica es un policultivo (sistema de producción multitrófico integrado) que consta de dos tecnologías: acuicultura (piscicultura) y cultivo de hortalizas sin suelo (hidropónico). El objetivo principal de la acuapónica es reutilizar los nutrientes contenidos en los piensos para peces y las heces de peces para cultivar cultivos (Graber & Junge 2009; Lennard & Leonard 2004; Lennard & Leonard 2006; Rakocy et al. 2003. La integración de dos sistemas en uno elimina algunos de los factores insostenibles de la acuicultura y los sistemas hidropónicos de forma independiente (Somerville et al. 2014).

Figura 1: Flujos de materiales básicos en sistemas acuícolas (a), hidropónicos (b) y acuapónicos (c)

Los excrementos de pescado pueden ser utilizados por las plantas directamente o después de que las bacterias hayan convertido el amoníaco en nitrito y nitrato. El alimento para peces añade un suministro continuo de nutrientes a las plantas, resolviendo así la necesidad de cualquier descarga y sustitución de soluciones nutritivas agotadas o, en el caso de sistemas operados extensamente, el ajuste de las soluciones como en hidroponía. A medida que se reduce la necesidad de comprar fertilizantes adicionales para el cultivo vegetal, aumenta el potencial de beneficio del sistema. La acuapónica es una práctica agrícola emergente que, por lo tanto, ofrece una serie de beneficios potenciales; sin embargo, también hay importantes deficiencias en este sistema de producción agrícola potencialmente sostenible (Tabla 1).

Tabla 1: Beneficios y debilidades de la acuapónica (Diver 2006; Joly et al. 2015; Somerville et al. 2014

Beneficios

Debilidades

Conservación de los recursos hídricos

Uso eficiente de la fuente de nutrientes (piensos para peces)

Reciclaje de recursos no renovables (como fósforo, potasio) y también de recursos renovables, pero escasos (como el agua)

Ningún uso de herbicidas o pesticidas químicos, ya que el reciclaje del agua dentro del sistema dificulta su uso debido a sus efectos adversos en los peces o en las plantas

Uso muy restringido de plaguicidas de origen biológico Mayor nivel de bioseguridad y menos contaminantes

Reducción de los costos operativos (en comparación con la acuicultura o la hidroponía por separado)

Se puede utilizar en tierras no cultivables

Los materiales de construcción y la información están ampliamente disponibles

Se puede operar en diferentes climas, tanto en zonas rurales como urbanas, permitiendo así la producción de alimentos familiares o cultivos comerciales

Puede aumentar la productividad del espacio disponible, ya que se pueden cosechar dos cultivos de la misma superficie (si los tanques de peces se colocan debajo de la unidad de producción de la planta)

La puesta en marcha es más cara en comparación con otras tecnologías

Es necesario un conocimiento profundo de los organismos (peces, plantas, bacterias) involucrados

Los requisitos de los peces y las plantas pueden ser diferentes y no pueden satisfacerse en todos los lugares sin una inversión importante en tecnologías de efecto invernadero

La gestión diaria es necesaria

Requiere electricidad, suministro de plántulas y alevines (peces jóvenes)

En la mayoría de los países europeos no está claro el estatuto jurídico de la acuapónica (actividad comercial, actividad agrícola)

En teoría, el concepto podría contribuir, tanto a nivel regional como mundial, a la solución de algunos de los problemas cruciales que enfrenta nuestro planeta: la disponibilidad y el uso de agua potable y de riego, la contaminación de las aguas superficiales mediante la cría de animales y la gestión de los recursos de fertilizantes no renovables. Sin embargo, todavía hay muchos obstáculos teóricos y prácticos para la expansión de esta prometedora tecnología.

Por lo tanto, la acuapónica tiende a ser un método ecológico y respetuoso con el clima para producir alimentos nutritivos y, al mismo tiempo, para satisfacer la demanda de los consumidores de un estilo de vida sostenible y saludable. Siempre que la inversión no sea demasiado alta, la acuapónica es ideal para los países en desarrollo porque los peces proporcionan proteínas muy necesarias y una segunda fuente de ingresos. Los cultivos comerciales de alto valor, como las verduras, se pueden cultivar con acuapónica en zonas donde los métodos tradicionales de cultivo solo pueden producir granos. Debido a que el sistema suele estar encerrado en un invernadero, la acuapónica es resistente a los cambios climáticos y climáticos. Sin embargo, la acuapónica también se ha implementado con éxito al aire libre. Para una opción menos costosa, las plantas se pueden cubrir con un techo simple (que proporciona refugio de las inclemencias del tiempo y evita el acceso de las aves y otros animales) en lugar de un invernadero completo. Esto es especialmente viable para las naciones en desarrollo en los trópicos. A pesar de las debilidades, se cree que la acuapónica se convierte en un método de producción futuro para alimentos cultivados localmente, por ejemplo, en un entorno urbano con unidades de producción más pequeñas diseñadas para hogares y restaurantes. Tanto la investigación como la educación son necesarias para desarrollar esta tecnología emergente. En particular, se necesita investigación para optimizar el sistema de producción hacia una producción segura y económica. La técnica abre nuevas perspectivas para crear nuevos «empleos verdes». El creciente número de granjas acuapónicas requerirá el surgimiento de una nueva profesión: el agricultor acuapónico (Graber et al. 2014a).

*Copyright © Socios del Proyecto Aqu @teach. Aqu @teach es una asociación estratégica Erasmus+ en educación superior (2017-2020) dirigida por la Universidad de Greenwich, en colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (Suiza), la Universidad Técnica de Madrid (España), la Universidad de Liubliana y el Centro Biotécnico Naklo (Eslovenia) . *

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