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6.4 Equilibrio microbiano y mejora en unidades acuapónicas

· Aquaponics Food Production Systems

La productividad en el sistema acuapónico implica el monitoreo y la gestión de parámetros ambientales para proporcionar a cada componente, ya sea microbiano, animal o vegetal, condiciones óptimas de crecimiento. Aunque esto no siempre es posible dadas las compensaciones en los requisitos, uno de los objetivos clave de la acuapónica gira en torno al concepto de homeostasis, en el que mantener la estabilidad del sistema implica ajustar los parámetros operativos para minimizar las perturbaciones innecesarias que causan estrés dentro de una unidad, o efectos perjudiciales en otros componentes. Con los conjuntos microbianos siempre cambiantes, la homeostasis nunca implica un estado permanente de equilibrio, sino más bien un objetivo de lograr la mayor estabilidad posible, particularmente dentro de los parámetros de calidad del agua.

Un RAS acoplado a un sistema hidropónico cambiará constantemente, pero dentro de esta configuración, el componente RAS permanece relativamente estable, especialmente en sistemas desacoplados (Goddek y Körner 2019). El sistema hidropónico, por otro lado, tiende a ser más errático en cuanto a la calidad del agua, ya que los cultivos vegetales a menudo se cosechan en lotes y raramente en sincronía con la producción de peces.

Durante la fase inicial de la puesta en marcha de cualquier sistema acuapónico, la calidad del agua, especialmente en lo que respecta a las comunidades microbianas de biofiltros, es motivo de preocupación, y para minimizar la proliferación de bacterias oportunistas, una práctica habitual ha sido permitir la maduración microbiana del agua de ingesta antes de su introducción en el RAS, añadiendo peces sólo después de que la capacidad de los biofiltros coincida con la capacidad de carga de los tanques de cría a una densidad de población particular (Blancheton et al. 2013). Una práctica similar se observa en hidroponía donde al menos una porción de agua reciclada se usa para inocular un nuevo cultivo, dado que las comunidades microbianas maduras tardan tiempo en desarrollarse e introducir todos los resultados de agua nuevos en largos tiempos de retraso. Estas prácticas conducen a una mayor estabilidad en las condiciones de cultivo y a una mayor productividad. Por ejemplo, se ha observado un mejor rendimiento en los sistemas RAS cuando el filtro de pre-ingesta se suministra con alimentos para peces pulverizados para desarrollar comunidades microbianas más similares a las de los tanques de cría (Attramadal et al. 2014).

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