21.7 Conclusiones
Hay una serie de criterios que contribuyen al desempeño de cada finca y su número crece con el número de disciplinas involucradas en este campo interdisciplinario de la acuapónica. Cabe destacar un estudio anterior que ha proporcionado una definición de acuapónica y una clasificación de los tipos de acuapónica basada en el tamaño y el sistema (Palm et al. 2018). Muchos criterios para el análisis del tipo de recinto identificados en este estudio provienen del contexto agrícola inmediato: el clima local, la calidad del contexto del entorno construido, las prácticas de abastecimiento de energía, los costos, el mercado y los marcos regulatorios locales. Un invernadero acuapónico en un contexto rural funciona de manera diferente a uno en una ciudad, así como las granjas en climas áridos no comparten los mismos requisitos que sus contrapartes en las zonas más frías. En general, los invernaderos clasificados como tecnología media y solar pasiva ofrecen una opción de cerramiento ambientalmente sostenible de menor costo, actualmente solo utilizada en operaciones acuapónicas más pequeñas. Sin embargo, debido a su nivel intencionalmente limitado de controles técnicos ambientales, sólo funcionan bien en zonas climáticas específicas. En comparación, los invernaderos de alta tecnología y tejados se pueden implementar técnicamente en cualquier lugar, aunque en condiciones climáticas extremas generan altos costos operativos y una mayor huella ambiental. Estudios de casos recientes muestran que las instalaciones de cultivo en interiores pueden ser financieramente factibles, pero debido a su dependencia exclusiva de la iluminación eléctrica, su eficiencia en el uso de los recursos y su huella ambiental son motivo de preocupación. Es necesario seguir investigando para establecer la relación de las granjas acuapónicas específicas y sus recintos con las redes de recursos existentes. Este trabajo puede ayudar a conectar la acuapónica con la investigación realizada sobre el metabolismo urbano.
Otros criterios que determinan la tipología y el rendimiento de las explotaciones son internos. Estos incluyen niveles de control ambiental, selección de cultivos y peces, tipo de sistema acuapónico y escala y tipo y escala de recinto. Adoptando un enfoque integrado de ACV, la relación entre todos los factores debe evaluarse a lo largo de toda la vida útil de la explotación, desde la cuna hasta la tumba. La evaluación del ciclo de vida de las granjas acuapónicas debe incluir tanto los impactos de la construcción como los impactos crecientes del sistema, ya que existe una superposición en la fase de operación de la granja. Una serie de estrategias prometedoras en calefacción, refrigeración, iluminación y diseño de materiales pueden mejorar la eficiencia general de la granja a lo largo de toda la vida útil de la granja. Más allá de tener en cuenta el impacto ambiental, LCA puede convertirse en un marco de diseño para expertos en horticultura, especialistas en acuicultura, arquitectos e inversores.
Continuar con el estudio de las granjas acuapónicas comerciales existentes es importante para validar modelos de ACV, identificar estrategias y catalogar operaciones acuapónicas emergentes a mayor escala. La combinación de modelos con estudios de caso sobre la acuapónica ambiental controlada tiene el potencial de conectar la acuapónica con el alcance más amplio de la sostenibilidad urbana.
Reconocimientos Los autores de este estudio reconocen el apoyo financiero de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) bajo el paraguas de la Iniciativa Global de Urbanización Sostenible (SUGI) Food Water Energy Nexus y el apoyo de todos los socios del proyecto CITYFOOD para proporcionar ideas e inspiración.